jueves, 19 de diciembre de 2013

El síndrome “Truman Show”: ¿qué hacer cuando la paranoia se vuelve real?

NO ERES COMPLETAMENTE PARANOICO SI EN REALIDAD TE ESTÁN PERSIGUIENDO. ¿SOMOS A LA VEZ PROTAGONISTAS Y ESPECTADORES DE UN GRAN SISTEMA DE VIGILANCIA?
POR: PIJAMASURF - 12/09/2013 A LAS 20:09:

Muchos de nosotros probablemente recordemos bien The Truman Show, la película de 1998 protagonizada por Jim Carrey, estrenada en el temprano auge de los reality shows. A pesar de que “Cámara Escondida” y similares llevaran décadas en la televisión, el cambio de milenio y las dudas sobre el Y2K cambiaron nuestra relación con la tecnología de una manera más rápida y repentina que en cualquier otro momento de la historia.
En la película, Nick Lotz es protagonista de un reality show donde todo lo que él ve o hace es registrado y transmitido en tiempo real a millones de personas alrededor del mundo. Pero según Andrew Marantz del New Yorker, sentirse observado y vigilado no es exclusivo de la ficción:
“Los cambios en la tecnología”, afirma, “han ocasionado que el contenido de las alucinaciones cambie con los años: en los años 40, los japoneses controlaban las mentes de los estadunidenses con ondas de radio; en los 50, los soviéticos lo hacían con satélites; en los 70, la CIA implantaba chips de computadoras en los cerebros de la gente.”

¿Qué hay de nuestros días? Con el esquema de vigilancia global revelado por Edward Snowden y los 52 mil millones de dólares que el gobierno de EU gasta al año en monitorear las comunicaciones de las personas, de algún modo todos estamos dentro de una especie de Truman Show cuyos espectadores privilegiados son los miembros de la NSA. No se es paranoico si en realidad nos vigilan.

Pero podemos pensar también que, aunque no seamos objetivos de alto nivel para las agencias de espionaje, las redes sociales nos vuelven protagonistas de un show protagonizado por nosotros al cual damos acceso a otros que hacen lo mismo: un tweet puede ser leído en segundos por millones de personas, y los 15 minutos de fama que Andy Warhol vaticinaba para cada persona pueden reducirse a mucho menos que eso.

El manual para diagnóstico de desórdenes mentales (DSM-5, en su última versión) ha catalogado los delirios en dos órdenes: bizarros y no bizarros, descritos respectivamente como imposibles y como posibles, pero falsos. Así, un delirio bizarro podría ser “estoy muerto”, y uno no bizarro, “millones de personas están obsesionadas conmigo.” Pero para ajustarse a la realidad, el DSM-5 debería considerar que el sentido común ha sufrido un golpe irreparable durante los últimos años. Incluso Google y Barack Obama han dicho que es absurdo pensar que los gobiernos no vigilan a las personas. 

Es por el estado actual de la realidad que los casos del “síndrome Truman Show” no podría ser considerado necesariamente una enfermedad mental: después de todo, no eres totalmente paranoico si en serio estás siendo vigilado.


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